En el mar viven varios tipos de organismos que se pueden incluir en el reino vegetal, que son las algas y las plantas superiores, además de bacterias, que toman energía del sol y crecen aprovechando los nutrientes que están disueltos en el agua marina o en sus sedimentos.
Las algas marinas pueden ser visibles a simple vista -se denominan macroalgas- o pueden ser microscópicas y solo cuando su concentración es muy alta pueden ser visibles, ya que le dan un color más o menos fuerte dependiendo de la concentración a la que puedan llegar. Este último tipo de algas -que se denomina fitoplancton- es el componente vegetal del plancton que forma la base del ecosistema del mar y, por lo tanto, de la laguna del Mar Menor.
Además del nitrato de la fertilización agrícola, existe el nitrato procedente de los purines de las granjas de cría de ganado porcino
El problema y las alarmas que se han producido en el Mar Menor en los últimos años han venido protagonizadas por este fitoplancton, que se desarrolla en la columna de agua y que antes no se hacía visible a simple vista, ya que sus concentraciones eran bajas y normalmente se desarrollaba ligado al fondo.
A este crecimiento se le ha atribuido en exclusiva la responsabilidad de las mortandades de peces que tanto han preocupado a la sociedad, mediante un proceso indirecto que consume el oxígeno de la laguna debido a que la muerte de este fitoplancton produce un crecimiento bacteriano.
En la mar, como en tierra, los crecimientos de las especies vegetales son controlados por las concentraciones de nutrientes; es decir, el crecimiento viene determinado por su cantidad, calidad y concentración en el medio y existirá crecimiento mientras que estos estén presentes.
Al nitrógeno y al fósforo se les denomina nutrientes limitantes porque son los menos abundantes respecto a las concentraciones necesarias para el crecimiento, ya que de los demás existen normalmente concentraciones suficientes para permitir los crecimientos de vegetales como el hierro, sílice, cobre, zinc, etc.
Destaca el amonio, que se encuentra en grandes cantidades en las aguas residuales
Es importante entender que es necesaria la presencia de los dos; es decir, no hay crecimiento solo con elevadas concentraciones de nitrógeno, es necesario que exista fósforo suficiente. Incluso se pueden dar crecimientos de bacterias sin presencia de en el medio.
Erróneamente se ha construido una teoría por la que se explica que los crecimientos de fitoplancton son producidos por nitrógeno, en forma de nitratos, que provenía exclusivamente de la agricultura.
Debido a que se ha relacionado, demasiado apresuradamente, los crecimientos de fitoplancton con las mortandades de peces, los agricultores han sido los acusados de estos desastres, de una posible degradación irreversible de la laguna y de todos los desastres cometidos en estos años por diferentes impactos y que tenían claras responsabilidades.
El fósforo ha pasado a ser la clave para favorecer los crecimientos de fitoplancton
Vamos a ver por qué esta teoría no tiene ningún fundamento estudiando en detalle los propios informes de las instituciones que han trabajado en la laguna desde el 2015 y que han servido para formular esta acusación sin sentido.
En primer lugar, hay varias fuentes de nitrógeno en forma de nitratos que llegan a la laguna. Además del nitrato de la fertilización agrícola, existe el nitrato procedente de los purines de las granjas de cría de ganado porcino, sobre todo. Pero también existe una gran cantidad de otro tipo de ganaderías, como vacas, ovejas, cabras que, debido a la mala gestión de sus estiércoles, filtran al suelo los productos solubles que tienen una gran concentración de nutrientes, entre ellos el nitrato.
Las aguas residuales son otro de los aportes, quizás el más importante, de nitrógeno en forma de nitratos, debido a las filtraciones del sistema de alcantarillado, a los vertidos desde las estaciones de bombeo, a los pozos negros filtrantes y a los vertidos desde las depuradoras. Las aguas residuales, a diferencia de la agricultura, aportan, además, nitrógeno en otras formas, como amonio, urea, nitritos, materia orgánica y sus productos de degradación intermedios.
De entre ellos destaca el amonio, que se encuentra en grandes cantidades en las aguas residuales. Es un compuesto que favorece, mucho más que el nitrato, la formación de crecimientos de fitoplancton. Es decir, si existe amonio, el fitoplancton tomará este compuesto antes que el nitrato.
Todos los informes señalan que la única fuente de fósforo relevante en la laguna son las aguas residuales
Pero ¿qué pasa con el fósforo? El fósforo es el otro gran nutriente limitante para el crecimiento algal sin el cual los crecimientos de fitoplancton no se producen y que ya es considerado en los diferentes informes como el limitante fundamental en el Mar Menor, en perjuicio del nitrógeno, que debido a sus altos niveles en la laguna no representa un límite al crecimiento vegetal marino.
El fósforo ha pasado a ser la clave para favorecer los crecimientos de fitoplancton.
Por tanto, son las fuentes de fósforo las que hay que identificar, tanto para empezar a poner remedio a los crecimientos de fitoplancton como para tratar de encontrar responsabilidades sobre la degradación de la laguna. Y todos los informes señalan que la única fuente de fósforo relevante en la laguna son las aguas residuales.
Esta situación de aportes de fósforo en grandes cantidades se ha venido dando desde que empezaron los asentamientos urbanos, mientras que claramente se ha multiplicado esta presión a causa del aumento de población en la cuenca hidráulica que acaba en la laguna del Mar Menor con el turismo.
¿Cuál era la situación antes de 2015? El nitrógeno llegaba de esas tres fuentes señaladas: las aguas residuales en sus cuatro vías de entrada, en sus diferentes especiaciones y las escorrentías del acuífero enriquecido en nitratos por la agricultura y la ganadería intensiva. El fósforo llegaba mayoritariamente en forma de fosfatos debido a los vertidos directos desde el alcantarillado y conducciones de vertido.
La responsabilidad hay que buscarla en el cambio de especiación del fósforo, que proviene exclusivamente de los vertidos de aguas residuales
El nitrato es muy soluble y estaba a disposición de los organismos en la columna de agua y en el sedimento, mientras que el fosfato es muy insoluble y precipitaba rápidamente en el fondo de la laguna, manteniendo una enorme y densa pradera de algas en el fondo acompañadas de otras especies vegetales, pero siempre ligadas al fondo. Por eso no existía crecimiento de especies vegetales en la columna de agua, con lo que el agua permanecía transparente.
Entonces, ¿qué ha cambiado desde el 2015? Fue a partir de ese año cuando comenzaron los crecimientos de fitoplancton en la columna de agua, produciendo la llamada ‘sopa verde’ en 2016, a la que se han asociado todos los males de la laguna.
El cambio se produjo en la especiación de la mayoría del fósforo que llega a la laguna, debido a una legislación europea sobre el contenido de fósforo en jabones de lavadora y de lavavajillas, que se publicó en 2012 pero que se dejó hasta 2016 el periodo de adaptación. La legislación obligaba a cambiar los fosfatos presentes en los jabones por fosfonatos. Este nuevo compuesto sustituye al fosfato en los jabones, debido principalmente a que, a diferencia del fosfato, este fosfonato es muy soluble.
Este nuevo comportamiento del fósforo hace que quede en la columna de agua sin precipitar, a disposición de los organismos que puedan aprovecharlo tanto en el fondo como en la superficie y en agua intermedia.
Fue a partir de 2015 cuando comenzaron los crecimientos de fitoplancton en la columna de agua, produciendo la llamada ‘sopa verde’ en 2016, a la que se han asociado todos los males de la laguna
En estos momentos, el sistema lagunar tiene básicamente en disolución nitrógeno en forma de nitratos, aportes de amonio desde las aguas residuales y fósforo en forma de fosfonatos, con lo que la productividad de la columna de agua es mayor que la del fondo, ya que el fitoplancton ahora está más cerca de la luz solar.
Pero hay otro cambio espectacular que se han producido en la laguna a partir de esa fecha, que es el crecimiento de algas macroscópicas llamadas ‘ovas’, que han conquistado lugares de baja dinámica cerca de las orillas de las playas.
Estas ‘ovas’ han podido crecer hasta la superficie del agua y pueden prosperar flotando en superficie gracias a que tienen a disposición nitrógeno y fósforo en toda la columna de agua. Su curioso crecimiento desde el fondo hasta la superficie aprovechando la flotabilidad de los gases que desprende y que retiene con formaciones tipo paraguas certifica de otra forma que hay disponibilidad de ambos nutrientes, nitrógeno y fósforo, en disolución en la columna de agua.
Las ‘ovas’ han tardado más en llegar a dominar la laguna debido a que necesitan desarrollar tejidos más complejos que el de los microorganismos que dieron lugar a la ‘sopa verde’, y también un elaborado sistema de crecimiento hasta la superficie. Pero una vez formados totalmente tienen una gran capacidad para asimilar estos nutrientes y pueden resultar ser los competidores.
Y, por lo tanto, reguladores del crecimiento del fitoplancton. Independientemente de esto, lo que está claro es que están realizando una labor de limpieza del agua, absorbiendo grandes cantidades de nutrientes en disolución. Por ello, quizás se deba tener más en cuenta este papel limpiador de lo que se hace ahora y pensar bien si su retirada es tan conveniente como se cree.
Los aportes de nitrógeno tienen varios orígenes y formas de presentarse en la laguna, sin ser los responsables del cambio de respuesta del ecosistema ni de la ‘sopa verde’
Como resumen, se puede decir que los aportes de nitrógeno tienen varios orígenes y varias formas de presentarse en la laguna, mientras que no son los responsables del cambio de respuesta del ecosistema ni de la producción de la ‘sopa verde’.
La responsabilidad hay que buscarla en el cambio de especiación del fósforo, que proviene exclusivamente de los vertidos de aguas residuales y que sostiene un continuo crecimiento de fitoplancton en la columna de agua y una gran producción de algas macroscópicas, las ‘ovas’, que están poblando la laguna en las zonas abrigadas cercanas a la orilla de las playas.
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