La industria española del gas, cansada de que no bajen los peajes

Desde el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO) han reenviado la propuesta de orden que establece la retribución de la actividad de almacenamiento subterráneo básico y los peajes y cánones asociados al acceso de terceros a las instalaciones gasistas para 2020, en la que el MITECO prorroga los peajes actuales que estarán vigentes hasta que la CNMC (la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) publique los nuevos valores en aplicación de la nueva metodología.

La situación que se está viviendo de transición de competencias que está a la espera todavía de aprobación de varias circulares hace que la industria viva estos retrasos con seria preocupación e incertidumbre, ya que de dichas medidas depende su competitividad.

En la industria se sigue a la espera de una circular de peajes que le devuelva de nuevo a la competitividad y que al final consiga alinear todos los costes regulados del gas con los del resto de países europeos con los que compite.

Hasta la fecha los peajes no bajan. Entre 2021 y 2026 se continuará pagando una sobre-retribución en transporte tras la modificación de la correspondiente circular y la laminación de la retribución por continuidad de suministro.

En su memoria, la CNMC expone que “las empresas distribuidoras están percibiendo de manera global una sobre-retribución anual de 586,4 millones de euros, importe que se corresponde con la retribución por inversión de activos que se encuentran amortizados Ello, con independencia de la retribución que corresponde a los activos puestos en servicio con posterioridad a febrero del año 2002, activos cuya decisión de inversión siempre fue responsabilidad del distribuidor.”

La CNMC acaba citando el informe presentado por MITECO alegando que “el ministerio señala asimismo que la memoria de la circular “identifica una sobre-retribución causada por la aplicación reiterada sobre la retribución inicial desde el año 2002 al 2013 de la fórmula de actualización automática incluida en la Orden ECO/301/2002”. Y que, además, considera que “la sobre-retribución de las actividades reguladas supone trasladar ineficiencias a los precios de venta del gas natural que pagan los consumidores, distorsiona la competencia de esta fuente de energía frente a otros combustibles más contaminantes, dificulta el cumplimiento de los objetivos de reducción de emisiones y limita la competitividad de las empresas españolas”.

Desde la industria del sector esperan a que la nueva metodología de peajes sea un instrumento realmente eficaz para adaptar el modelo vigente al objetivo de reconducir los evidentes desequilibrios observados y constatados por la CNMC, haciendo que bajen los peajes. ¿Pará que una nueva regulación donde todo queda prácticamente igual que estaba?

Los retrasos y vueltas atrás y el anuncio de la prolongación de unos peajes que son los más caros de todos los países con los que se compite industrialmente suponen sin duda un incremento en la preocupación e incertidumbre que se vive en estos sectores vitales para la economía nacional.

La competitividad del gas español ha ido empeorado progresivamente con el paso del tiempo para los consumidores industriales, que soportan precios entre un 20 y un 25% superiores que sus competidores europeos.

Los peajes condicionan el coste final del gas, un coste estratégico que frena el desarrollo industrial y una desventaja competitiva para cientos de industriales españoles y para la actividad económica del país en su conjunto.